Las ventanas son un elemento que no hay que tener olvidado, pues cada determinado tiempo requieren de una limpieza, ya que sino la suciedad, las gotas de lluvia, el polvo e incluso el moho se pueden acumular creando un ambiente muy sucio.
Son muchas las personas que no saben como afrontar el momento de limpiar las ventanas en profundidad, pero la verdad es que no es nada difícil, así que no tenéis de que preocuparos.
Lo primero que se debe hacer es quitar el polvo que se haya podido acumular, sobre todo en el marco, donde se suelen acumular telarañas. Una vez hayamos limpiado el polvo, el siguiente paso es limpiar el marco con la ayuda de un paño humedecido y para asegurarte de que todo quede en perfectas condiciones, lo ideal es sumergir la bayeta en una solución con tres partes de agua y una de lejía.
Una vez hecho esto es el turno del cristal de la ventana. Este paso es muy sencillo, pues tan solo debes mezclar cuatro partes de agua con una de vinagre blanco. Entonces con una bayeta o esponja que se haya sumergido en esa mezcla y después de escurrirla, la pasaremos por la ventana, de forma suave y rápida.
Posteriormente debes secarlo, con otra bayeta, por ejemplo.
Así pues, tan solo es cuestión de conocer las mezclas correctas y limpiar con cuidado, sobre todo cuando tengamos que asomarnos por fuera de la ventana. Puede dar pereza limpiar esta parte de la casa o piso, pero sin duda el resultado siempre es admirable, ya que quedan unas ventanas impecables.
Si no quieres ensuciar en exceso el suelo puedes colocar algunos trapos debajo para que vayan absorbiendo el agua que pueda caer, y así no ensuciar tanto el suelo.